Restaurante Cascabel

La serpiente, el chile, los danzantes…todos unidos por el cascabel. Ese alegre sonido que a los mexicanos nos recuerda nuestra herencia y en los extranjeros despierta curiosidad. Para Lula Martín del Campo, chef del Restaurante Cascabel, esa sonajita tan unida a nuestra cultura fue la inspiración de su nueva cocina, cuya misión es llevar la comida de todos los días y de todos los mexicanos a un ambiente exclusivo que no deja de ser relajado y amigable.

El espacio, dentro de la primer torre de Park Plaza en Santa Fe, goza de una vista y terraza increíbles, rodeados de bosque y parque. Al interior también encontramos un elemento principal que le da un toque especial: una gran barra donde se trabaja el maíz, con un enorme comal incluido.

Aquí, en restaurante Cascabel, como en cualquier restaurante mexicano, el maíz es rey. Granos rojos, azules y blancos son la base de las diferentes masas y claro, de los diferentes platillos. Tlacoyos, sopes, tortillas, tacos, picaditas y gorditas hechos a mano y acompañados de toda suerte de ingredientes, desde chicharrón prensado hasta kimchi.

El menú se compone de dos secciones: el cantinero, para picar y compartir, y el de los platillos mexicanos más tradicionales, que no dejan de llevar el sello y toque moderno de Lula, como las albóndigas de su mamá, el mole de olla o la pechuga al orégano.

Así como el maíz, los frijoles también son estelares en el menú, y junto con éste, tienen un pequeño apartado de platillos dedicados a nuestros granos ancestrales; especies endémicas de distintos estados del país. A través de estos productos, se busca proteger a las especies de la extinción y promover su siembra entre los campesinos. Una misión a la cual nadie dudará sumarse si se trata de comer unos ricos esquites o un buen frijol con puerco, ¿verdad?

Restaurante Cascabel en Ciudad de México | Reportaje en Revista Maria Orsini

Tlacoyos de requesón con flor de calabaza

Con el uso de los granos ancestrales, el menú, la decoración o la vajilla, hecha a mano por Adriana Díaz de Cossio, Lula nos muestra a través de todo el concepto del restaurante Cascabel su pasión y respeto por la herencia culinaria de México, la cual trae en la sangre desde su infancia. Siempre dedicada a la cocina (su primer aventura gastronómica fue poner su propio restaurante, cosa que intimidaría a muchos otros jóvenes chefs), supo desde que le propusieron el espacio no sólo que era para ella, sino que el concepto que tenía en mente era el ideal: un lugar donde hacer honor a nuestros platillos tradicionales, marcados con su propio estilo e ideas, en una zona donde extranjeros y mexicanos por igual pueden darse un “antojito mexicano” auténtico y delicioso.

Mole de Olla

Con Cascabel, Lula comienza la conquista de la zona de Santa Fe y los que la visitan a través de las delicias mexicanas del menú, y espera que esta conquista se vaya expandiendo hasta que Cascabel pueda convertirse en un representante internacional de la comida mexicana de todos los días.

Por ahora, con apenas un año de apertura, el restaurante ya creció a incluir una deliciosa barra de mar, con producto de todo el país y de pesca responsable dentro de lo posible, como el camarón azul de Sinaloa. Para Lula, tras tantos años en la cocina, su fuerte son los platos frescos y crudos, así que la barra es un imperdible.

Plátanos con crema

Y para mí, amante siempre fiel de los postres, un imperdible también son los plátanos con crema, que aunque nos podrán sonar al postre que hacía mamá en casa cuando no tenia tiempo de algo más, en Cascabel se vuelven toda una experiencia, acompañados de cajeta y finas migajas de galleta. Para los menos golosos, siempre estará el arroz con leche o las nieves típicas, así que espero que al lector no le quede más que ir pronto a darse algo más que un antojito.

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